lunes, 22 de marzo de 2010

ENEANIGMA # 7 ¿Te apuntas a resolverlo?


Vamos con el séptimo de los Eneanigmas.

Si necesitas saber más sobre sus normas de resolución, puedes visitar cualquiera de los seis anteriores que he publicado en este blog: uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis.

En el último planteado, el sexto, tres personas obtuvieron la máxima puntuación: “Coloccini", “acertijosymascosas” e “improsofo despierto”.

¿Te atreves a conseguir un pleno en éste?

Bueno, pues que la diosa inspiración guíe tus respuestas…




Pincha aquí para ver los resultados de l@s participantes
Pincha aquí para ver un resumen de las respuestas

miércoles, 3 de marzo de 2010

Si tienes éxito como directivo es que estás neurótico (más)


Ayer, tras contestar un comentario de Nacho Muñoz en mi última entrada: "Si tienes éxito como directivo es que estás neurótico", me di cuenta de que, más que una respuesta a un comentario, lo que en realidad hice, por extensión y por contenido, fue un nuevo post.

Pues bueno, aquí os dejo esa nueva entrada.

Comentaba Nacho:

Gracias por compartir estos deliciosos pensamientos, Juan.

¿En todo caso, no crees que cabe la posibilidad de tener éxito como directivo sin llegar a la neurosis? De otro modo: ¿no es posible la existencia de una estructura organizativa cuya finalidad no sea estrictamente la del crecimiento económico continuo, y todo el complejo sistema de competencias y competiciones inherentes que provocan al directivo esa neurosis?

Quizá en ese escenario hipotético no sea necesaria la anormalidad psicológica para tener éxito.

Un abrazo y gracias de nuevo.

Y respondía yo:

Mi gratitud Nacho por pasarte por aquí y por dejar tu comentario.

No, no cabe la posibilidad de tener éxito como directivo sin llegar a la neurosis.

Tener éxito como directivo es estar secuestrado por tu personaje, por tu rol, por tu ropaje inauténtico.

El personaje solo puede triunfar a costa del ser esencial, de la autenticidad.

Hacer triunfar al personaje es hacer triunfar al ego, a la coraza, al mecanismo defensivo que hemos construido para huir de nosotros mismos.

Y eso, precisamente eso, es consustancial a la neurosis.

Esas organizaciones de las que tú hablas también están llenas de narcisistas seductores, de engreídos que se hacen pasar por humildes, de impostores que fantasean dar desde la entrega y en realidad lo hacen desde la falsa abundancia, de vanidosos que se creen entregados, de niños buenos que esconden detrás de sus buenas intenciones su sadismo… es decir de directivos que mostrando su supuesta cara amable, no hacen más que tapar y maquillar su neurosis rutilante.

De hecho, no es tanta la anormalidad psicológica de la neurosis.

Tu carácter es tu propia neurosis.

Tu personalidad profunda es tu propia neurosis.

Lo que piensas, lo que sientes y lo que haces de forma introyectada, porque alguien decidió que así debía ser cuando tu sistema límbico influía más en tu conducta que tu neocórtex, no es más que tu propia neurosis.

De hecho, hasta que no seamos capaces de vomitar todo lo que tenemos dentro y no es nuestro, no podremos liberarnos de esa nuestra propia neurosis.

Bueno, pues eso, lo que te decía, gracias por pasearte por aquí y por pararte a comentar.

Un abrazo de corazón para ti.


"Somos lo que hacemos,
sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos"

Eduardo Galeano

lunes, 1 de marzo de 2010

Si tienes éxito como directivo es que estás neurótico


No hay tutía.

No hay excepción.

No conozco ni he conocido a ningún directivo que triunfe en una organización y que no tenga una neurosis significativamente avanzada.

Para triunfar en las organizaciones es imprescindible desarrollar las fijaciones, los mecanismos defensivos y las compulsiones inconscientes que conforman nuestra secuestradora coraza caracterológica.

Para triunfar en las empresas es necesariamente imprescindible ensanchar y radicalizar algunos de los siguientes componentes neuróticos: nuestra deriva obsesiva, nuestra impulsividad compulsiva, nuestra manipulación seductora, nuestra inautenticidad vanidosa, nuestra envidiosa competitividad, nuestro asilamiento esquizoide, nuestra acusación paranoica, nuestro embaucamiento narcisista, nuestra confrontación antisocial o nuestro masoquismo autoabandónico.

Pero claro, como todo eso se manifiesta fundamentalmente desde nuestro inconsciente, y como ese mundo inconsciente es opaco a nuestro rol directivo, sobrellevamos nuestra neurosis, esa que se encuentra en estado avanzado, totalmente ajenos a ella.

Ajenos hasta que nos quebramos, nos encontramos con nuestra sombra y nos vemos obligados a abordar la insoportable y dolorosísima tarea de enfrentarnos a ese monstruo interior que hemos cultivado para sobrevivir.

Entonces, amigo, como decía mi abuela, la cosa toma otro cariz…

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era
y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido…

Fernando Pessoa
Clicky Web Analytics